He leído un libro muy interesante del Magistrado de la Sala de Familia de la Audiencia Provincial de Barcelona, Don Pascual Orduño Muñoz, titulado «HIJOS INGRATOS»,.
En este libro se trata, entre otros, de los problemas que surgen cuando los hijos/as adultos retornan a casa de sus padres, por cuestiones de divorcios, dificultades económicas, maltrato, drogas, alcoholismo, etc.
Me hizo recordar un caso que conocimos en una asistencia en el Juzgado, una hija adulta que convivía con su madre, a la que tenía totalmente intimidada, siendo víctima de maltratos verbales y físicos.
El progenitor había fallecido y en testamento había dejado a la viuda el usufructo de la herencia, es decir, que el uso de la vivienda familiar titularidad de los padres correspondía a su esposa.
Esta hija, que fue denunciada, por su madre, muy a su pesar, repetía constantemente en el Juzgado:
» ¡Yo quiero mi herencia!, y no sólo eso, también le reclamaba a su madre parte de su pensión de viudedad pues, según sus argumentos: ella era la hija y tenía «derecho a la pensión de su padre».
Cómo señala el Magistrado rotundamente, en su libro: «Este derecho sólo existe en la imaginación de algunos hijos y no está recogido en la Ley».
Cualquier persona, aunque tenga hijos, puede disponer de sus bienes (comprarlos, venderlos, hipotecarlos, donarlos…) como libremente desee mientras viva.
Tiene dos opciones: repartir sus bienes como desee en las disposiciones testamentarias (otorgando testamento) con el único respeto a las legítimas (cuota que por ley corresponde a determinados herederos). O, no hacer testamento y que a su fallecimiento se apliquen las previsiones legales, si está conforme con ellas (herederos por partes iguales a los hijos, y usufructo de un tercio de la herencia para el cónyuge).
Son problemáticas que, como hemos visto por nuestra experiencia, y así lo señala Don Pascual Orduño tienen difícil solución en el sistema judicial, pues los recursos que ofrece no son los adecuados o son insuficientes.
Se necesita una visión y un abordaje transversal del conflicto para poder avanzar como sociedad en esta nueva problemática. Estamos ante situaciones que no se daban hace años, cuando los hijos se independizaban y ya no volvían a su casa de los padres, por lo general.
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